Prudencio Herrero Acebo – Director Académico EMBA CEU ENCyL
El propósito de cualquier empresa es aportar valor de forma sostenible a sus clientes. La frase es aparentemente sencilla, pero encierra la complejidad de qué significa “aportar valor” y la dificultad de hacerlo de forma sostenible en el tiempo.
De igual manera, todos los profesionales tenemos el mismo propósito: aportar valor de forma sostenible. Entonces la cuestión se vuelve crucial: ¿cómo podemos hacerlo?
Empiezo por una mala noticia: vivimos tiempos de cambios acelerados, por lo que las fórmulas clásicas de gestión (y de aportar valor) se están viendo sacudidas por el terremoto de los cambios sociales y por el maremoto de los cambios tecnológicos. La consecuencia de esos efectos combinados es que muchas de las respuestas que veníamos dando a los problemas empresariales simplemente han dejado de valer.
Hoy es más necesario que nunca aprender a encontrar esas respuestas, esas soluciones a los problemas, con la dificultad de que en muchas ocasiones tendrán que ser respuestas nuevas, que difícilmente estarán escritas en los libros. A eso lo llamamos innovación.
Tengo que reconocer que, para mí, esa aportación de valor ha sido siempre una obsesión. Como profesor del Executive MBA de la Fundación San Pablo CEU desde su primera edición siempre me ha preocupado que en mis clases se contara “lo que no viene en los libros”. Es decir, ir más allá de lo obvio, de lo conocido, para adentrarse en el mundo de lo novedoso y, a veces, de lo contra intuitivo.
Ahora que he tenido la gran oportunidad como director académico del EMBA de repensar los contenidos, las metodologías y el claustro de profesores del máster, esa filosofía la he podido aplicar a todo el desarrollo del mismo. Aprovechar todo lo bueno de las dieciséis ediciones anteriores y aportar las novedades que ayuden a los alumnos a entender y saber sacar partido de los momentos de cambios acelerados que vivimos.
Así que hemos planteado un reto: el Executive MBA tiene que lograr que sus alumnos sean capaces de multiplicar el valor en aquella organización en la que se encuentren. Que entiendan la estrategia, que sepan cómo aplicar la táctica y, sobre todo, que cuenten con una valiosísima experiencia para lograr motivar a personas y equipos, que en definitiva son quienes logramos que todo se produzca.
Un MBA es un acelerador de la experiencia de cada alumno. Es un ahorro de años de experiencia profesional condensado en unos pocos meses. En nuestro EMBA cada alumno resolverá cinco retos. Hacer un plan estratégico, un análisis de negocio, crear un proyecto de start-up, diseñar un cambio cultural y plantear un plan de crecimiento. Todos éstos retos son problemas reales de empresas reales: ALMA Carraovejas, ASTI, COBADU, INCOSA y XERIDIA, todas ellas colaboradoras de nuestro EMBA.
Pero además de pasar por la experiencia práctica de plantear soluciones, cada alumno trabajará dos habilidades esenciales a lo largo del curso: su capacidad de liderar y de trabajar en equipo y su capacidad de expresión en público. Recibir un feedback adecuado para mejorar esas habilidades aporta un valor tremendo y estoy seguro de que va a ser un catalizador que potenciará las otras capacidades de nuestros alumnos.
Estoy ilusionado y convencido de que nuestro Executive MBA va a aportar ese valor diferencial a nuestros alumnos, que van a recibir la mejor preparación que se puede conseguir en Castilla y León para que ellos, a su vez, consigan que las empresas que dirigen o en las que trabajan multipliquen su valor con sus clientes. Con ello lograremos nuestro propósito como escuela de negocios de influir de forma esencial en el crecimiento económico de nuestra comunidad.
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