Empresas, Estrategia, Management, RSC
18 de febrero de 2021
Ana Lopez de San Roman Alves. Directora Académica de Programa Ejecutivo RSC. CEU ENCyL
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Este es el título de uno de los Seminarios del Congreso Internacional de Responsabilidad Social que pone sobre la mesa la necesidad de contemplar la formación en Responsabilidad Social dentro de los planes educativos y, al mismo tiempo, la de hacerlo de una manera rigurosa, atendiendo a los contenidos y a la metodología.
La formación en Responsabilidad Social es un tema que, sin duda, cobra cada vez más importancia ya que se presenta como un objetivo fundamental para contar con empresas responsables y sostenibles en un futuro próximo. Las empresas son comunidades de personas y la formación del carácter de los profesionales va a definir en gran medida el ethos y la cultura de la empresa. Por esta razón, es fundamental la orientación y el enfoque de la educación de los jóvenes a lo largo de su trayectoria educativa. Es importante que la educación no olvide que la excelencia profesional ha de ir necesariamente unida al desarrollo integral y ético de la persona.
Por eso conviene preguntarse ¿Qué educación necesitamos para formar las empresas y la sociedad que queremos en el siglo XXI?, esto quiere decir, preguntarse por la finalidad de la educación en el contexto actual de incertidumbre y de transformación social. La UNESCO en el año 2015 respondía a algunas de estas cuestiones en el Informe: “Replantear la educación, ¿hacia un bien común mundial?” y afirmaba que:
“No existe una fuerza transformadora más poderosa que la educación para promover los derechos humanos y la dignidad, erradicar la pobreza y lograr la sostenibilidad, construir un futuro mejor para todos, basado en la igualdad de derechos y la justicia social, el respeto de la diversidad cultural, la solidaridad internacional y la responsabilidad compartida, aspiraciones que constituyen aspectos fundamentales de nuestra humanidad común”.
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La inclusión de la formación en Responsabilidad Social en los diferentes programas educativos supone educar en muchos de los valores señalados en la cita mencionada anteriormente del Informe de la UNESCO, valores sociales como la justicia y la igualdad, necesarios para lograr una sociedad más humana. Hablar de responsabilidad social exige partir, necesariamente, de la formación en responsabilidad, entendida como un compromiso personal indelegable, como el uso adecuado de la libertad que pone en armonía los derechos y deberes y que tiene en cuenta las consecuencias de cada una de las acciones y decisiones que tomamos.
El papel de las Universidades y de las Escuelas de Negocio (formación más orientada a roles profesionales que asumen responsabilidades en la empresa) es decisivo a la hora de preparar a los profesionales para un verdadero liderazgo, basado en el compromiso y en la responsabilidad. Esta es la motivación que nos impulsa desde la Escuela de Negocios CEU y el Programa Ejecutivo en RSC, una misión que está absolutamente alineada con los valores del CEU como Institución educativa. Esta visión de la educación como fuerza transformadora de la sociedad es nuestro punto de partida para promover la educación en valores éticos en todos los ámbitos y, también, en el que atañe a la formación de los profesionales del futuro. Entendemos que la finalidad de la educación es formar a personas competentes capaces de cambiar el mundo. Reducir la educación a la formación de profesionales competentes puede dar lugar a contar con profesionales orientados al éxito personal, pero sin unos sólidos criterios éticos y, por tanto, a merced de la mejora de la productividad del mercado.
Estamos convencidos de la necesidad de incluir la formación en Responsabilidad Social y los valores éticos, que de ella derivan, dentro de los diferentes planes educativos y, de manera imprescindible, en la Universidad y en la Escuelas de Negocio. Sólo podemos contar con organizaciones y empresas éticas, responsables y sostenibles si somos capaces de nutrirlas con profesionales formados desde una educación profundamente humanista, esto es, orientada a desplegar las formas más altas de lo humano. Una sociedad demuestra aquello que considera importante cuando lo incluye en los planes educativos, es necesario, educar en lo que debería ser para construir la sociedad que necesitamos.
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