Comunicación, Empresas, Management
23 de septiembre de 2024
En un mundo donde las barreras de todo tipo han caído y en el que la interconexión es un hecho indiscutible, el acercamiento personal es una herramienta para el éxito en cualquier tipo de relación profesional.
Ya sea en la esfera diplomática internacional como en el marco de las relaciones empresariales, las técnicas de protocolo y el conocimiento de los usos y costumbres de otros países proporcionan la seguridad de interactuar de manera respetuosa y efectiva asegurando que una posible -aunque involuntaria- mala actuación personal interfiera en la consecución de objetivos profesionales.
En este artículo se reflexiona sobre el modo en que el acercamiento personal, el protocolo y el conocimiento de las bases culturales ajenas, son fundamentales para establecer y mantener relaciones sólidas a nivel global.
El acercamiento personal como cimiento para construir relaciones sólidas.
Todo comienza con un gesto de acercamiento personal y social en la construcción de relaciones con personas de otros países y culturas. Un apretón de manos, la conexión visual, el respeto por el espacio personal, una sonrisa y la verbalización de un saludo correctos y oportunos son pautas de conducta primarias y generales a las que es imprescindible unir el conocimiento de modelos culturales para alcanzar el éxito con personas de otros países.
Saber ser y saber estar para poder actuar requieren del conocimiento, entendimiento y el respeto por los usos y costumbres ajenos. La relación personal, basada en la empatía, carácter abierto y el deseo de agradar a los demás genera confianza e impulsa el éxito de las relaciones interculturales.
Protocolo como norma en las relaciones internacionales.
Mi definición de protocolo como “el conjunto de normas que facilitan las relaciones políticas, económicas y diplomáticas” es heterodoxa y se aleja de los postulados académicos más inmovilistas que se reducen al “protocolo palatino” o la “organización de actos”.
El protocolo del s XXI para la relaciones diplomáticas va más allá del conocimiento de pautas culturales y de sus normas legales escritas para alinear comportamientos con expectativas evitando malentendidos. Si nos referimos a la actividad empresarial, el conocimiento de los modos de actuación en diferentes culturas permite negociar de una manera más efectiva y respetuosa.
No obstante lo anterior, la más importante de las normas en el protocolo internacional es la que no está ni regulada ni escrita sino la que se traslada de generación en generación y responde a la convención social de las conductas que son premiables o las que son merecedoras de reproche.
Es por ello por lo que al referirnos al protocolo internacional deberíamos poner el foco en las habilidades personales y en el conocimiento de la convención social más que en un repertorio de tópicos con los que solemos calificar erróneamente a los miembros de uno u otro país. Está claro -por ejemplo- que ni todos los españoles somos impuntuales ni todos los británicos llegan siempre a tiempo.
Conclusión
Aunque existen patrones de conducta que sirven por igual en cualquier lugar del mundo a la actividad ejecutiva internacional, es muy difícil “ponerse en los zapatos del otro” sin conocer qué es lo que le resulta agradable para adaptarnos a sus convenciones y usos sociales.
Finalmente, cabría destacar que la actuación de un profesional con responsabilidades externas debe adaptarse particular e individualmente a cada una de las personas con las que interacciona.
Profesor de Protocolo en el Programa Ejecutivo en Comunicación corporativa y Branding.
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